lunes, 24 de diciembre de 2007

EL PORQUÉ DE LA NAVIDAD


Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tení­a reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas, como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó. -Que tonterí­as! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Que ridiculez! Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.

Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veí­a era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un golpazo; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar que habí­a golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en cí­rculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.

Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos. -Serí­a ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta. Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podrí­a significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más. Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarán abrigados y seguros. -¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.

- Si yo fuera uno de ellos, entonces sé­ que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta. Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo. El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza: -Si yo fuera uno de ellos, entonces sé­ que podrí­a salvarlos! Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:

-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Que ridiculez! De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que habí­a hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese habí­a sido ni más ni menos el objeto de la Natividad. Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: ¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!'

lunes, 17 de diciembre de 2007

¿ALGUNA VEZ PENSASTE QUE HAY TRES BARDAS?


Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y le empezó a hablar de ésta manera: -Maestro, quiero contarte cómo un amigo estuvo hablando mal de ti.
Sócrates lo interrumpió diciendo: “Espera, ¿Ya hiciste pasar a través de las tres bardas lo que me vas a decir?

-¿Las tres bardas?- le preguntó su discípulo.

-Sí- le contestó Sócrates –La primera es la VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todas sus partes?

-No, se los oí decir a unos vecinos-

-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda barda que es la BONDAD. ¿Lo que quieres decir es por lo menos bueno?

-No, en realidad no, al contrario...

-¡Ah!- interrumpió Sócrates, entonces vamos a la última barda... Es necesario que me cuentes eso?

-Para ser sincero, NO. Necesario no es.

Entonces, sonrió el sabio. –Si no es VERDADERSO, ni BUENO, ni NECESARIO sepultémoslo en el olvido.

¿QUE ES PARA TI, LA NAVIDAD?


¿SERÁ LA NAVIDAD UN TIEMPO DE ALEGRÍA Y DE PAZ?

Es común que para algunos se llegue a convertir en lo contrario, ya que en estas fechas pocos están exentos de las prisas, presiones y, sobre todo, de gastos que aún sin proponérselo, pudieran sobrepasar cualquier presupuesto.


QUIERO QUE ME DES.

Un ejemplo claro es el de las familias en donde se tienen niños pequeños, ya que para algunos de ellos enviar la carta a Santa Claus se convierte en la oportunidad perfecta para combinar la fantasía con la ilusión y llegar así a convertir sus sueños en realidad. Al fin y al cabo, Santa y sus duendes en lafábrica de juguetes todo lo pueden hacer. Se desea arreglar la casa para recibir a los parientes y amigos, celebrar las posadas, cumplir con loscompadres, maestros de los hijos y hasta con los vecinos. Si bien esto llega a proporcionar felicidad, en algunos casos sucede lo contrario, pues los regalostraducidos en gastos, créditos y deudas que parecían ser parte del espíritu navideño, llegan a proporcionar ¡hasta dolores de cabeza! Otros regalos: Es natural querer ver felices a los niños disfrutando de los nuevos juguetes, intercambiar regalos con los amigos y familiares, ya que compartir es una forma de decir te quiero. Hasta aquí todo va muy bien. Pero, la Noche Buena se convierte en una noche material, se desecha, aún sin quererlo, el regalo más grande de todos, el de recordar y hacer parte de cada uno el verdadero sentido de la Navidad. ¿Y cuál es éste? Recordar que en la Navidad se celebra el cumpleaños o nacimiento de Jesucristo y que a Él, como a todos, le agrada recibir regalos en su día, con la gran diferencia de que los que Él pide en su cartita no tienen nada que ver con modas, alta tecnología, precio o entretenimiento. .. ni siquiera desea los regalos para Él, sino para los demás, regalos como saber perdonar, controlar el carácter, compartir con los que sufren alguna tristeza, abandono, necesidades. El verdadero Santa: Muchas familias siguen tradiciones por generaciones, en la época navideña refuerzan los lazos familiares y pretender que sus hijos crean en Santa no llega a tener relación con el materialismo, sino que sus intenciones van más allá que el simple acto de intercambiar regalos. Sus objetivos son claros, son los de transformar los corazones, llenarlos de ilusiones e ideales, afianzar el compartir con los demás y reforzar la esperanza de que puede llegar la paz y el amor al mundo, traducidos en hermandad, caridad y generosidad. Esta época es la ideal para prepararse a recibir a Jesús y desear imitarlo siendo cristianos positivos, alegres y atentos a las necesidades de los demás.


¡PREPÁRENSE!

A los cuatro domingos anteriores a la Navidad se le conoce como el tiempo de Adviento, que quiere decir lo que viene. Este tiempo está destinado para latransformación interior de cada uno ya que nos prepara, por así decirlo, para recibir la Navidad. Es tiempo de reflexión y de cambios, nos da laoportunidad perfecta para pensar en esos regalos que no se compran, como la alegría, el perdón y la esperanza. La corona de Adviento tiene un significado especial, es un círculo que expresa que Dios no tiene principio ni fin porque es eterno. El color verde nos indica que Él es inalterable y simboliza también nuestra inmortalidad. Las cuatro velas, una para cada semanadel tiempo de adviento, representan los cientos de años durante los cuales la humanidad esperaba al Redentor. La vela de color rosa simboliza la alegría yla esperanza al acercarse el tiempo de Navidad, que nos recuerda el nacimiento del Mesías, así como la feliz esperanza de la segunda venida del Salvador. La vela blanca del centro representa el gozo de la Navidad, así como la pureza de Jesús y María; el color rojo representa la sangre derramada en la Santa Cruz y por último, la luz simboliza la Resurrección y el que Cristo ilumina a la humanidad.


AMOR CONTRA EGOÍSMO.

El hecho de no tener una corona de Advierto en casa para encender cada domingo no quita la oportunidad para aprovechar el tiempo de preparación, así que bien vale la pena preguntarse en estas fechas lo siguiente: ¿dónde empieza la Navidad?, ¿en el centro comercial?, ¿en la cena del 24 de diciembre?, ¿en los juguetes y regalos?, ¿en las posadas? ¿o bien en el corazón de cada uno?

Las respuestas pueden variar e indicar una realidad: si esta Navidad será sólo un pretexto más para reunirse a cenar o bien un tiempo perfecto para hacerun alto en el camino, reflexionar y, por qué no, crecer espiritualmente. Así que Navidad no es saturarse de regalos, juguetes, galletas o pavo, sino recordar que en el mundo aún existe la esperanza de alcanzar la paz y el hecho de compartir con los demás es una forma de demostrar que el amor es más fuerte que el egoísmo.

domingo, 16 de diciembre de 2007

¿QUE SERÁ LA FELICIDAD?


Siempre he sostenido que la felicidad no es una meta, no es el final de un caminar, te caerá mil veces, pero si te paras y avanzas iras conociendo la felicidad. Seas lo que seas, sirve, ama da. Pero nunca digas que eres más que los demás. Si eres sabio, ¡calla! que el mundo descubra en tí la sabiduría. ¡Enterégate en esa sonrisa que das a la anciana! ¡En ese saludo que das al amigo! ¡En esa caricia que das al niño!


El mundo ya esta cansado de oír: "Yo soy" "Yo hago" "Yo sirvo" Pregúntate desde ahora: "¿Quien soy?" "¿Que hago?" "¿Adonde voy?"


Sé tan sabio para enseñar a los demás en tu acción más pequeña que, dando todo, parezca que no es nada. Solo así avanzaras en la felicidad.


Para tener momentos de felicidad debemos DAR. Dar es algo que engrandece, que satisface, que pule, que enseña, que nos hace vivir con "V" mayúscula.

viernes, 14 de diciembre de 2007

MI MAMÁ NO TIENE NOVIO Y MI PAPÁ NO TIENE NOVIA


De visita en casa de mis tíos, me divierte ver a mi prima grande preparándose, para la llegada de su novio, muy contenta se peina, se perfuma y se pinta los labios, se viste muy guapa y corre de un lado al otro de la casa arreglando todo con detalle para que su: "Mi amor" no encuentre ningún defecto en el entorno.


Entonces llega el novio oliendo a loción y cuando se miran parece que flotan en el aire. Ella le ofrece algo de tomar junto con las galletas que le preparó durante la tarde. Además, él celebra todo lo que ella le preparó para la cena. Luego se sientan a platicar tontería y media por horas, se escuchan uno al otro sin perder detalle ni soltarse de las manos. Hasta que su novio no le queda otra que despedirse y retirarse pues mi tío sale a la sala con su almohada bajo el brazo.


Al día siguiente, después de lo que vi en la casa de mi prima, le pregunté a mi mamá que quien era su novio, ella con una sonrisa me dijo: "Mi novio es tu papá". No mamé no juegues, mi papa no es tu novio. ¿Como va a ser mi papá tu novio? si él no llega con un ramo de flores, ni con chocolates. Si te da un regalo el día de tu cumpleaños, pero nunca he visto que el novio de mi prima llegue con una licuadora o una tostadora de pan. Además tu no pones cara de Blanca Nieves cunado mi papá llega del trabajo. Tu no corres a peinarte, ni a pintarte antes de que llegue papá, solo te volteas y le dices "Hola".


Y mi papá en lugar de decirte: "¡Que bonita te ves!" y darte un beso en la boca, solo te pregunta: "¿No viste donde quedó el control de la televisión?" Mi prima y su novio no se sueltan de la mano y ustedes solo se dan la mano durante la misa, cuando el sacerdote dice: "¡Dense fraternalmente la paz!".


La verdad es que mi mamá no tiene novio y mi papá no tiene novia. Que aburrido, "¡son solo esposos!".

domingo, 9 de diciembre de 2007

EL COLOR DE LA PIEL DEL VENADO


Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era distinta a como hoy la conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro, por eso el venado podía verse con mucha facilidad desde cualquier parte del monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores, quienes apreciaban mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que usaban en la construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones, el venado era muy perseguido y estuvo a punto de desaparecer de El Mayab.

Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escuchó voces extrañas; al voltear vio que era un grupo de cazadores que disparaban sus flechas contra él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz como se lo permitían sus patas, pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una flecha iba a herirlo, resbaló y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales.

En esta cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon al venado quejarse, ya que se había lastimado una pata al caer. Compadecidos por el sufrimiento del animal, los genios aliviaron sus heridas y le permitieron esconderse unos días. El cervatillo estaba muy agradecido y no se cansaba de lamer las manos de sus protectores, así que los genios le tomaron cariño.

En unos días, el animal sanó y ya podía irse de la cueva. Se despidió de los tres genios, pero antes de que se fuera, uno de ellos le dijo: —¡Espera! No te vayas aún; queremos concederte un don, pídenos lo que más desees. El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad: —Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres, ¿ustedes pueden ayudarme? —Claro que sí —aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la cueva. Entonces uno de los genios tomó un poco de tierra y la echó sobre la piel del venado, al mismo tiempo que otro de ellos le pidió al sol que sus rayos cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó de ser clara y se llenó de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la tierra que cubre el suelo de El Mayab. En ese momento, el tercer genio dijo: —A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y con ella será confundida. Así los venados se ocultarán de los cazadores, pero si un día están en peligro, podrán entrar a lo más profundo de las cuevas, allí nadie los encontrará.

El cervatillo agradeció a los genios el favor que le hicieron y corrió a darles la noticia a sus compañeros. Desde ese día, la piel del venado representa a El Mayab: su color es el de la tierra y las manchas que la cubren son como la entrada de las cuevas. Todavía hoy, los venados sienten gratitud hacia los genios, pues por el don que les dieron muchos de ellos lograron escapar de los cazadores y todavía habitan la tierra de los mayas.