miércoles, 29 de octubre de 2014

ASÍ QUEDO SAN LUCAS DESPUÉS DEL PASO DE ODILE

Este es un relato fotográfico que me hace Francisco mi hijo, de como quedó Cabo San Lucas despues del paso del huracán ODILE el 15 de septiembre de 2014.


Aunque el ciclón no trajo mucha agua, si trajo mucho viento...


En la marina San Lucas algunas pangas se subieron al muelle...


Entrada a uno de los hoteles...


El mismo hotel...


El estacionamiento del mismo hotel...


Una de las avenidas de San Lucas...


Pobres autos, tener que soportar una palmera...


Dos calles que convergen una esquina...


Edificio inclinado casi como la torre de Pisa...


Así se fueron las fachadas...


En el interior del hotel, el restaurante...


Veamos el poste de la luz, recargado sobre el restaurante...


Un auto se salvó de quedar volcado, pero el otro...


Frente a la empresa Mitsubishi...


Ahora frente a la VolksWagen...


Entrada al departamento de servicio...


Más fachadas que se fueron...


La marina de San Lucas...


La entrada al restaurante...

Ahora con estas fotografías entendemos el porqué el Presidente de la República dejo a la Secretaria de Turismo al frente de las obras de reconstrucción.



sábado, 18 de octubre de 2014

NO ME DEJEN, NO ME DEJEN



¿Cómo no recordar aquellos gritos?

Mi señora madre y mi tía Bora, cada semana se aventaban con los hijos, nosotros éramos seis y los hijos de mi tía Bora eran diez.

Imagínense, dieciséis escuincles durmiendo cada fin de semana, una vez en el rancho El Vergel, y a la semana siguiente en la huerta de Lerdo.

Las dos parejas: mi tío Benjamin Lavín y su esposa Aurora Garza, y mis padres Francisco y Angélica, siempre salían los fines de semana, que cuando no a bailar, o al cine, o simplemente a cenar, y nosotros a pasar la noche de cada sábado al Vergel o a Lerdo.

Pues bien, un sábado en la mañana, íbamos todos del rancho a la huerta, mi tía Bora manejando su camioneta wayín, mi Señora Madre a su lado y los dieciséis peques atrás. 

Yo era el mayor.

Al salir de Gómez Palacio y poner rumbo a ciudad Lerdo, dejando la avenida Agustín Castro y tomar el boulevard Miguel Alemán, mi tía dio una vuelta bombera, en eso se abrió la puerta trasera izquierda, y sopas, una niña que se cae al pavimento. Todos gritamos: 

-“Se cayó, se cayó”-

Mi madre grito: -“¿Quién se cayó?”-

Mi tía Bora frenó su camioneta y le dijo:

-“No te preocupes, ya la veo por el retrovisor, es tu hija Ana María”-

Todos volteamos hacia atrás, y vimos a mi hermana corriendo tras de nosotros y gritaba:

-“No me dejen, no me dejen”-

lunes, 13 de octubre de 2014

Y USTED ¿A QUE VINO?



Fue allá por julio de 1966 cuando llegué a La Paz Baja California Sur. Fui adscrito al escuadrón aéreo de pelea 203. Un compañero que no se tituló, nos invitó a Carlos Martínez López (QEPD) a Misael Orrostieta Díaz y a mi a una hawaianada a la casa de un señor que trabajaba en el banco rural. La fiesta fue en la calle Belisario Domínguez.

Mi primera sorpresa fue cuando una de las chicas que asistieron a esa fiesta me dijo: “Ya sabemos que acaban de llegar a La Paz dos subtenientes y un coronel”

La segunda fue cuando inicie la plática con la chica más hermosa de la fiesta, ella era compañera de trabajo del festejado.

La tercera sorpresa fue su pregunta: -“¿Qué le ha parecido La Paz?”-

A la que yo le contesté: -“La Paz no llega a pueblo bicicletero”-

Ella me volvió a preguntar: -“¿Por qué dice eso?”-

-“Porque hasta ahora no he visto a nadie en bicicleta, todo mundo tiene auto, y con estas calles de tierra y arena, nadie podría andar en bicicleta”-

-Y nuestro mar, ¿Qué le parece?-

-“Bueno, el mar de La Paz no es mar, es una inmensa alberca, hay más olas en el lago de Chapala que aquí. Las olas de esta bahía son del tamaño de mi mano, y al llegar a la playa sólo hacen pop”-

Entonces ella ya molesta me pregunto:

-“Entonces ¿A que vino usted?”-

Y yo con cierto orgullo le dije:

-“Bueno, yo vine a conquistar”-

Ella ya enfadada por mi plática, me dijo:

-“Déjeme le traigo algo de comer de la cocina”-

Y se retiro, cuando regresó traía un plato pequeño con cinco o seis ciruelas, y me dijo:

-“Tenga, cómalas son ciruelas y son muy sabrosas”-

Yo las probé y me supieron un poco acidas.

Con el tiempo supe que a esas ciruelas les dicen “Ciruela del Mogote”

Benditas ciruelas, ellas hicieron que yo ya haya cumplido cuarenta y cuatro años de delicioso amor conyugal.

A propósito, en lo que respecta, a lo de coronel, desde ese entonces todas las chicas de esa época me dicen el Abuelo, por eso este blog se llama lanetabuelo la NET por red en internet lo de abuelo por coronel.