El 24 de junio de 1980,
salimos muy temprano mi esposa y yo de casa, ella me iba a dejar al aeropuerto
de Ciudad Obregón Sonora, y se regresaría con el carro de ella, un Volkswagen
Caribe modelo 1977, que mi suegro le regaló, pues el mío estaba en el taller.
Cada vez que yo salía de
vuelo en el MU-2 Solitaire XA-IUC de Taxis Aéreos del Noroeste, antes de llegar
al aeropuerto, pasaba por el mercado, para comprar café, los periódicos y algo
de fruta que yo colocaba dentro del avión para los pasajeros. Para el café, yo
llevaba siempre una cafetera y para la fruta una charola.
Esa mañana, tenía que llevar
al señor Juan Robinson Bours a Hermosillo, junto con su esposa y dos hijos,
pues iban al consulado americano para sacar dos visas para los hijos.
Así es que le pedí a mi
esposa que me llevara al mercado primero y al aeropuerto después, para poder
salir de vuelo. Llegamos al mercado y me baje a comprar lo que yo llamo el
comisariato del avión. (Café, fruta y periódicos)
Como ustedes saben, el Caribe
es un auto chico, para dos pasajeros en los asientos delanteros, o sea yo manejando
y mi esposa en el asiento derecho.
En el mercado, saludé a Don
Juan Robinson Bours, pues estaba en al café “El Negrito”, lo saludé y me dijo: “Nos
vemos en quince minutos en el avión capitán, ya voy por mi esposa y mis hijos”
Salí del mercado con mi
comisariato y abordé el Caribe. Detrás de mi asiento puse la cafetera en el
piso, y la fruta y los periódicos en el asiento trasero.
Tomé la calle 5 de Febrero
hacia el sur para dirigirme al Boulevard Elías Calles y después ir hacia la
carretera que va al aeropuerto
Íbamos tranquilamente mi
esposa y yo platicando dentro del Caribe, y ya casi para llegar al crucero de
las calles 5 de febrero y 6 de abril, alcance a ver que en la siguiente esquina
de 5 de febrero y Boulevard Elías Calles se puso en luz amarilla, y para no
hacer alto en la luz roja, decidí dar vuelta a la izquierda sobre la calle 6 de
abril y tomar la Miguel Alemán rumbo al aeropuerto.
En el viraje del auto hacia
la izquierda escuché, que la cafetera que venía en el piso detrás de mi asiento
se cayó. Me agache para levantarla, mi esposa hizo lo mismo, y aflojé el
volante.
En la esquina, estaba un
camión Torton estacionado. Y ándale, que me incrusto en la plataforma del
camión.
A la vuelta de la calle 6 de
abril, estaba la Cruz Roja, así es que en dos minutos llegó la ambulancia y de
inmediato nos llevaron a la Central Quirúrgica a los dos. El Caribe se quedó
incrustado debajo de la plataforma del Torton.
Pero se corrió la voz de que
el Capitán Lavín y su esposa, se metieron debajo del Concorde.