Fue el día
de mi graduación, una noche de junio de 1966, donde vino toda mi familia a
Zapopán, para estar conmigo el día que me gradué como Piloto aviador.
Como
siempre he sido, no me aguante las ganas de organizar nuestro baile de
graduación. En los dos hangares del Colegio del Aire se repartieron mil mesas, fue
un baile para cuatro mil personas.
Cuatro
orquestas, cuatro cantinas, de mi escuela Militar de Aviación solo treinta y
tres cadetes alcanzamos a portar las alas de piloto aviador militar.
Invité a la
que era mi novia cadetera, Lupita Flores la de Guadalajara, porque en La Paz
hubo otra con el mismo nombre.
Mis Padres,
hermanos, parientes y Lupita ocuparon tres mesas juntas. Pero a mi estilo,
durante todo el baile me la pase revisando las cantinas, los invitados de honor,
las orquestas y todos los detalles del mismo.
Y días
después me entere que mientras yo recorría los dos hangares, mi ex novia le
pidió mi mano a mi papá. “QUE
ATREVIMIENTO”
Y algunos
años después, también me enteré que la que hoy es mi esposa, estuvo en ese
baile, pues fue invitada por el Koki Unzón. “ASÍ ES LA VIDA”
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