Vivíamos en Lerdo y convivíamos mucho con los hijos
de mi tío Benjamín y mi tía Bora. Sus hijos eran muy traviesos.
Mis padres y mis tíos salían mucho a bailes y
fiestas juntos. Un día los invitaron a una boda, y mis padres nos llevaron al
rancho el Vergel para quedarnos a dormir con los primos.
Cuando ellos ya estaban listos para salir, mi tío
Benja le dijo a mi tía: “Vieja, póngase el abrigo que le regaló mi suegro en la
navidad, ese Peluche con pelo de gato”
Ella entró a su recámara por el y se lo puso, salió
y se dio vuelta ante mis padres y mi tío para que le vieran el mentado “Peluche”
y cual no fue su sorpresa, que el mentado abrigo, tenía un hueco en la mitad
del mismo.
Resultó, que mis primas tomaron unas tijeras y le
recortaron un buen pedazo a la mitad del mismo para hacerle abriguitos a sus
muñecas.
Y ni modo, mi tía tuvo que dejar su Peluche colgado
en el closet.
Así de traviesas eran mis primas Bora, May y Lucy.
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