Allá por 1959, yo estaba
estudiando en la ciudad de México el segundo año de preparatoria y vivía con mi
abuela María Luisa, la tía Carlota, mi tía Teresa y mis primos Pepe y Chiquis,
la casa estaba en la calle Monte Albán de la colonia Vértiz Narvarte.
José Luis mi primo,
estudiaba ingeniería en la ESIA del Politécnico, la novia de él, a la que le decíamos
Yoya, vivía en la calle Ixcateopan de la colonia Narvarte.
En el patio de su casa,
empezamos a juntarnos varios jóvenes y formamos un club de amigos llamado
Huinik.
Nos reuníamos los sábados
para escuchar la música de la época y bailar. Las mujeres hacían Sándwiches y
bebíamos refrescos.
A veces preparábamos pequeñas
excursiones a: los Dinamos, a las fuentes brotantes de Tlalpan o a Xochimilco.
Pero como no recordar las
canciones que escuchábamos y bailábamos, sobre todo las de Elvis Presley: El
rock de la cárcel, Zapatos de color azul, No seas cruel, ay nos vemos
Cocodrilo, Danny Boy, Hotel de los corazones rotos, Ámame, Osito Teddy, Trátame
bien, Tutti Frutti y otras que ya no recuerdo.
Éste club de amigos, el club
Huinik, es un gran recuerdo para mi.