Hola, ¿Cómo no recordar las
aventuras de mi Padre? Como aquella cuando el quiso ser héroe.
En Torreón construyeron una
alberca en la colonia Nuevo Torreón, cuando fue su inauguración, vino Joaquín
Capilla y dio una muestra de sus clavados desde la plataforma de diez metros.
Mi padre, gran nadador, se
hizo socio de esta alberca, y dos o tres veces a la semana, se iba a nadar a
las seis de la mañana, siempre llevaba sus aletas.
Un día, íbamos mi madre y yo
hacia Torreón en un autobús, y después del paso a desnivel, al acercarnos al
cruce con el canal de La Torreña, vimos muchos vehículos parados. Se paró
nuestro autobús y cual no fue nuestra sorpresa al ver a mi padre, en traje de
baño, con huaraches y en las manos sus aletas.
Resultó, que al salir del
puente para autos del río Nazas, lo rebasó un auto, donde iban dos chavos
alocados, quienes al llegar al cruce con el canal, perdieron el control y su
auto cayó dentro de dicho canal.
Mi padre freno su fordcito y
se bajó para salvarlos, pero ellos ya habían salido nadando.
Los jóvenes estaban siendo
atendidos por paramédicos de la Cruz Roja y ya habían pedido una grúa para
sacar el auto del canal.
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