lunes, 8 de septiembre de 2014

UN ESCRITO DE MI SUEGRO

Hola, soy yerno del señor Norbert Hahnel Hoffman, y dentro de las cosas que me heredó hay este pequeño escrito por él, de las cosas que le contaron sus hermanos allá en Alemania.



Los Cosacos, son un pueblo que habita la Ucrania Rusa. Son gente muy valiente, son católicos ortodoxos de profundas creencias y tradiciones. Como jinetes, parece que no hay mejores en el mundo y su fama es bien conocida.



Durante la segunda guerra mundial, lucharon en las filas del ejército soviético y muchos cayeron en prisión de guerra, del ejército alemán. Ellos solicitaron tomar las armas contra el bolchevismo, pero el alto mando alemán no permitió tal cosa.

Fueron prisioneros en la ciudad de Lienz en el Tirol del sur. El general del ejército Von Plaunwitz formó con ellos una división, a quienes les encargó la faena de trabajar como policías en Yugoslavia, donde la población solicitó protección contra las incursiones de los albaneses. Los cosacos, hicieron en Yugoslavia el servicio de policía en casi todos los pueblos y ciudades, hasta la terminación de la guerra.

Entonces este contingente de cosacos, cayeron en prisión por los ingleses, cuando llegaron a Lienz. A espaldas de todos los mandos y de los mismos prisioneros, los ingleses hicieron tratos con los rusos y cierto día llegaron camiones y vehículos blindados soviéticos, para llevarse a los Cosacos.



Este suceso sorpresivo, causó una inmensa alarma. Los sacerdotes Rusos, católicos ortodoxos lla marón a la oración. Había en el campo 72,000 Cosacos, muchos de ellos casados y con hijos. La mayoría de ellos, ahí mismo mataron a sus hijos, a sus mujeres y se suicidaron. Una parte de los hombres lograron huir y los demás fueron embarcados en los vehículos y transportados a Rusia.

El general Von Plaunwitz fue declarado libre y podría permanecer en la ciudad, pero como los Cosacos le tenían un gran afecto y lo veían como su padre, voluntariamente se embarco con los rusos Cosacos en su viaje a Rusia, pues no quiso abandonarlos, ya que ellos lo apreciaban como su o’ papa Plaunwitz.

El valiente general fue colgado públicamente en la plaza de Moscú.

El día de su cumpleaños, 14 de octubre de cada año, se  juntan los Cosacos en Lienz, y al llegar al cementerio de la ciudad, rinden honores a los miles de Cosacos en recuerdo de aquella jornada.

Escribe: Norbert Hahnel H.

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