martes, 6 de mayo de 2008

QUE DICHA


(palabras dichas por un servidor, durante el desayuno del grupo Madrugadores en honor del día de la madre. 13 de mayo de 2008)


Que dicha tan grande, es la que siente el hombre cuando piensa en la mujer.

En esa mujer que genera la vida... En esa mujer que nos riega con su sangre mientras permanecemos en su vientre antes de salir a la luz.

En esa mujer que nos amamanta con el néctar de la vida que brota de sus senos, porque nuestro estómago todavía no ha madurado lo suficiente. A esto se le llama AMOR.

Pensamos en esa mujer que nos prepara las primeras papillas... Esa mujer que cuida nuestros primeros pasos y que no se enoja con nosotros cuando le rompemos algún florero de la sala.

En esa mujer que nos cuida de noche y se desvela porque estornudamos, tosemos y nos da catarro y se nos ensucian las narices, sin inmutarse nos limpia la cara.

En esa mujer que con lágrimas en los ojos, nos deja detrás de la reja del kínder y regresa angustiada al hogar esperando la hora de la salida. Esto también es AMOR.

La que, aunque no tenga una gran educación, porque no cursó mas allá del tercer año de primaria, nos ayuda con la tarea que nos dejaron en la escuela y entonces si, aprende de álgebra, sintaxis, fenómenos físicos y química cuántica.

Esa mujer que nos enseña a orar y está al pendiente de que vayamos al catecismo y que piensa que va a dar de desayunar el día de nuestra primera comunión.

La que en cada cumpleaños de nosotros nos hace el pastel, e invita a parientes y amigos a que nos festejen para que apaguemos las velitas.

En esa mujer que nos aguanta en la etapa de la chocantada, porque somos adolescentes y nos sentimos superiores.

Esa mujer que siempre se preocupa por nuestra ropa, para que esté limpia y planchada, que corre a comprarnos zapatos cuando ya traemos hoyos en las suelas. Todo lo hace por AMOR.

Esa mujer que siempre intercede ante nuestro padre por nuestras travesuras y nos hace la vida más llevadera.

Esa mujer que siempre es la primera en levantarse y la última en acostarse en nuestro hogar y que cuando llega a la cama, su esposo, mi padre ya está roncando.

Esa mujer que no deja de aconsejarnos, pues su único deseo es que vivamos dentro de los valores humanos. Que está al pendiente de nuestras amistades y de nuestros noviazgos.

Esa mujer que siente que su hijo o hija necesita encontrar a la mejor pareja del mundo y todos son muy poca cosa aunque siempre termina por doblar las manos.

Esa mujer que muestra felicidad el día de nuestra boda porque sabe que siempre, el formar una familia es bueno porque de ahí brota nuestra prole, o sea la prolongación de uno...

Por todo esto los hombres nos sentimos dichosos cuando vemos a esa mujer y le decimos MADRE. Y brota en nosotros el sentimiento del AMOR.

Pero la dicha más grande es cuando escogimos a una mujer por AMOR para que se convierta en la Madre de nuestros hijos.

Muchas gracias adoradas señoras y estimadas amigas, porque ustedes están cumpliendo con esa sagrada misión de haberse convertido en las Madres de nuestros hijos. Gracias por permanecer a nuestro lado. Muchas gracias por darnos tanto AMOR.

FELIZ DÍA DE LAS MADRES

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