La ilusión de mi señor padre, que era Ingeniero Civil, siempre fue que yo tuviera la profesión de Arquitecto y así poder los dos organizar una compañía constructora. Siempre los padres soñamos mucho con el hijo mayor, pero la vida y los siguientes hijos nos van haciendo que nuestros sueños tomen un tinte de realidad. Quizá ustedes amigos y amigas, los que por lo menos los que pasamos de los cuarenta años antes, tratábamos de hacer lo que nuestros padres deseaban, y nunca nos traumamos como ahora les pasa a nuestros hijos (según los psicólogos) Entonces yo asistí a la preparatoria número cuatro de la U. N. A. M. y me quedé con tres años y medio de la facultad de Arquitectura de la universidad. Cuándo cumplí 21 años de edad, que en aquella época era cuándo se alcanzaba la mayoría de edad, no a los 18 como en la actualidad, quemé mis naves, dejé la universidad, me despedí de la familia y partí a estudiar aviación. Pero esos años en la universidad me dieron mucho conocimiento de la vida del joven universitario, aprendí mucho de matemáticas, dibujo, cálculo, proyectos, y demás materias de la profesión. En cuanto al deporte me dedique a tirar esgrima, (solo florete y espada) Mis clases musicales del acordeón piano continuaron, lo único que me dolió fue el que en ciudad de México ya no pude montar a caballo, pero si hice muchas excursiones que incluyeron una ascensión al Popocatépetl, logrando llegar al labio menor del cráter por la ruta más fácil. Como ya les dije, en estos años de la universidad quise probar fortuna con mi acordeón y me inicié en el Rock en español con el conjunto LOS BOPERS. Por lo demás fueron unos lindos años de estudiante.
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