lunes, 4 de junio de 2007

EL DIA QUE MI PADRE SE QUISO HACER RICO


Mi padre siempre tuvo la ilusión de darnos lo mejor, y el sabía que sólo con el trabajo honesto que dignifica al hombre se podía lograr. El fue un gran Ingeniro Civil, construyó muchas casas, edificios, algunas de las farmacias Benavides de la región norte del país. Los sótanos de la vinícola "El Vergel" donde se añejan los caldos de uva que le dan un buen riego a las comidas. En fin también construyó por concurso una de las primeras clínicas del Seguro Social. Recuerdo la construcción del rancho del charro en Gómez Palacio Durango para que yo me luciera jineteando lleguas brutas y toros. Pero un buen día se le ocurrió ser el mejor restaurantero de carnitas de puerco de la región lagunera. Entonces mi señor padre compró dos cochinitos cuando acababan de ser destetados y se los llevó a la huerta donde vivíamos en Lerdo, les hizo su chiquero junto a la caballeriza de mi caballo "Capulín" así es que a mi me aumentó el trabajo, aparte de darles de comer a los animales: a la pituka nuestra perra boxer, a mi caballo capulín y a la yegua de mi hermano toño, a las gallinas que tenía mi mamá para recoger los huevos para el desayuno y que ellas ponían a diario, y ahora a dos cerdos que se tenían que engordar para iniciar el nuevo negocio: "LA MEJORES CARNITAS DE LA REGIÓN LAGUNERA AL ESTILO LAVÍN" seis meses me llevó de trabajo extra que hacía todos los días, darles de comer, ponerles el agua en su batea, limpiar el chiquero, cuidar que estuvieran a la sombra, bañarlos cada dos días, mi caballo Capulín se me ponía celoso por tanto cariño hacia los cochis. Por fin llegó el día de iniciar el negocio. Primero contrató a un matancero. Luego a otro de sus peones para que hiciera la lumbrada, comprar los cazos y curarlos, rentar las mesas y las sillas para efectuar la prueba de su nuevo producto, compró dos barriles de cerveza Cruz Blanca para rebajar la grasa de las carnitas, una caja de Mogavi, que era el brandy que se producía en el Vergel mas los refrescos de cola y el hielo. mi madre preparó cuatro litros de salsas, dos de verde y dos de rojo. Yo tuve que ir a comprar ocho kilos de tortillas. Y mi señor Padre se fue feliz a invitar a todos sus parientes los LAVIN, a todos sus amigos, a sus clientes a los que les estaba construyendo sus casas, y hasta sus maestros y peones que trabajaban en sus obras. Recuerdo que Victor su dibujante no fue porque era vegetariano y además era abstemio. La gente comenzó a llegar para ver si compraban aunque fuera un cuartito de kilo de carnitas. Pero mi Padre hombre alegre, oportuno y derrochador empezó a ofrecer la prueba de las carnitas, y de prueba en prueba, de taco en taco acompañados con vasos de cerveza o de cubas de mogavi, la cazuela de los cochis se fue bajando hasta que se acabó la carne y los chicharrones junto con la bebida. Todo en puras probadas, todos felices y mi madre se quedo sólo con una lata de manteca. Creo que así es muy dificil intentar de iniciar un buen negocio. (en la foto se encuentra mi señor padre convenciendo a mi señora madre de meterce al negocio de preparar las mejores carnitas de la Laguna)

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