jueves, 14 de junio de 2007

UN DESTINO EJEMPLAR

Esto fue lo que escribió mi hermano, LICENCIADO ANTONIO LAVIN MARMOLEJO en el periódico SUDCALIFORNIANO el 11 de abril de 2001.

"Terminaba la década de los 50´s; tal vez en el 59 o posiblemente en el 58, por cierto, en pleno auge del rock en español con Cesar Costa, Enrique Guzmán, Angélica María, Alberto Vazquez, ¿se acuerda? y por aquellos años la ciudad de La Paz no llegaba a los treinta mil habitantes, un sitio más que provinciano por lo pequeño y lo alejado de todo.
De repente, en uno de esos días, un humo negro empieza a flotar sobre el cielo paceño y a los pocos minutos se manifiestan largas lenguas de fuego que consumín la Tenería Viosca. La gente corría hacia el lugar del siniestro y la noticia brincaba de casa en casa, de lado a lado de la ciudad: *Se está quemando la Tenería; se está quemando la tenería* era el grito mil veces repetido. Afortunadamente se tomaron medidas preventivas y un cinturón de seguridad impidió que los mirones se acercaran demasiado. Lo que no se pudo impedir fue que el local se consumiese totalmente. El fuego lo arrasó, ya que no se contaba con un cuerpo de bomberos y menos con el equipo adecuado para enfrentar un siniestro de la naturaleza. Los paceños se dieron cuenta, en ese momento, de la necesidad imperiosa de contar con Bomberos equipados.
La misma idea la compartía DON NORBERT HAHNEL HOFFMANN, si bien originario de la Alta Silesia en Alemania, ya estaba avecinado aquí, casado con una gran mujer de Sonora: DOÑA PANCHITA CORTÉS, a quien le externó su preocupación por la falta de seguridad para los paceños en este tipo de contingencias. "HAZ LO QUE TIENES QUE HACER" le contestó Doña Panchita.
Y don NORBERT se puso a tocar puertas, a mover corazones, a comprometer voluntades para alcanzar un objetivo: Un cuerpo de bomberos voluntarios para La Paz. Esa labor lo alentaba, y compartía sus inquietudes con sus amigos, conocidos, autoridades y todo aquel que lo escuchara. Consigue con un amigo de él, el obsequio de una motobomba la cual tuvieron que enviar por mar, porque la carretera Transpeninsular, ni en sueños ya que apenas era un camino real. La máquina llegó por fin al muelle de La Paz y gracias a los esfuerzos de los miembros de la CROM y de la CTM la bajaron a pulso. La motobomba entró en la ciudad con la algarabí de sus habitantes. Pero una máquina no hace un cuerpo de Bomberos. Hace falta voluntarios, chaquetones, botas especiales, cascos, palas, mangueras, hachas, escaleras, etc. Y don Norbert no se arredró, siguó tocando puerta, hubo donativos particulares, el club Rotario organizó rifas, carnes asadas y tamaladas, colectas y poco a poco se fue comprando estos equipos. Como no había voluntarios, Don Norberto invito a uno de sus hijos a que alborotara a sus amigos y muchos de ellos, gustosos se empezaron a adiestrar para formar este prime grupo de Bomberos voluntarios.
El cuartel de bomberos ocupó algunas direcciones iniciales, pero los volntarios estaba ocupados en sus trabajos respectivos. Y al iniciarse un incendio había que avisarles. Durante el carnaval de 1960 y gracias a que también don Norbert fue el presidente del patronato, se destianaron las utilidades para comrar una sirena a la que bautizaron con el nombre de "La Leona" la cual se colocó encima del edificio del "Sobarzo" ya que a un lado de este edificio ya se encontraba el cuartel de los Bomberos. Ante alguna contigencia, se activaba "La Leona" y todos los voluntarios corríen de donde estuvieran hacia el Sobarzo para equiparse y salir en la máquina autobomba. El primer adiestramiento que recibieron estos voluntarios fue dado por un señor de apellido Calderón, de ciudad Obregón, Sonora.
La primera ocasión en que el novel grupo de voluntarios participó ya como cuerpo de Bomberos, fue durante el huracán del 9 de septiembre de 1959, rescatando a muchas personas de las embravecidas aguas. A partir desde entonces sus acciones se han multiplicado en miles y miles de servicios para salvar las vidas de los involucrados en algún siniestro. Todo esto se inició por el generoso corazón de un hombre ejemplar que supo cual debe de ser el destino de sus valores. Muchas gracias, DON NORBERT HAHNEL HOFFMANN, no lo olvidaremos.

No hay comentarios: