martes, 10 de julio de 2007

EL DÍA QUE MURIO LA REINA DEL MUNDO


Todas las tardes, a la misma hora, salía yo a la banqueta frente a mi casa para ver pasar a aquella chica, que iba a su academia, para mi era la Reina del Mundo por tener una cara tan bonita y un lunar junto a su boca. Se llamaba Isabel, me lo dijo un compañero de travesuras, un amigo de la primaria, también me decía: -No te hagas muchas ilusiones, porque ese es el nombre de una Reina y una Reina cuando va a su academia, no se fija en un cualquiera como tu, eres tan niño para ella- Sin embargo, yo la esperaba a diario en mi banqueta para observarla caminar, con ese andar tan femenino que a mi me gustaba tanto. Me la imaginaba entrando a la iglesia de mi brazo, para que yo pudiera compartir su reinado. Yo le decía al oído: -¡Su majestad! aquí estoy- Pero ella no me escuchaba, seguía su camino hacia su academia sin voltear a verme. Ya que ella desaparecía de mi vista entraba yo a la casa y me dirijía a mi mochila y sacaba la libreta, era su libreta donde en cada página yo escribía su nombre "ISABEL" y luego hacía algún dibujito, no muy bonito, porque yo nada más tenía seis años de edad. Ella tenía quince. Muchas veces me quedaba dormido, dibujando en la libreta, hasta que mi papá me tomaba en sus brazos y me llevaba a la cama. Un día le escuché a mi mamá decir, que la joven Isabel estaba muy enferma y que pronto moriría, ya solo le daban tres meses de vida porque tenía cáncer. Isabel se consumía poco a poco cada día y poco a poco dejo de ir a la academia, yo salía a la banqueta y ya no la veía pasar, tan bella, tan femenina, con ese lunar junto a su boca, para mi era el Cielito Lindo. La última vez que la vi pasar frente a mi banqueta fue una tarde que la llevaban sobre una cama de flores, los que la seguían, unos le rezaban, otros lloraban y otros más guardaban silencio. Precedía a la multitud un sacerdote. Yo lloré. Un hombre se acercó a mi y me preguntó: -¿Porque lloras hijo?- a lo que le contesté: -Porque ahora se que las Reinas también se mueren- Esa noche mi madre me llevó al velorio y al salir hacia la funeraria me dijo: -Se murió Isabelita, la hija del profesor Jiménez- Y yo a pesar de mis seis años de edad me dije: -Ya lo se, tenía un lunar junto a la boca y era LA REINA DEL MUNDO-

No hay comentarios: