martes, 24 de julio de 2007

¿TE GUSTAN LAS LEYENDAS? LA MARIPOSA MONARCA


Amigos y amigas, si revisan los libros que yo he escrito, hay uno muy precioso que se llama: "EL BAILE DE LAS MARIPOSAS" en el cual relato los sueños de Tzitziqui, una niña purépecha que quiere bailar como las mariposas. Le envié esta novela a una escritora del estado de Guanajuato para que la criticara y de inmediato ella me envió una nueva leyenda que se llama: "LA MARIPOSA MONARCA" la cual transcribo tal como me la envió esta escritora. Ojalá sea de tu deleite:


"Hace muchos siglos sucedió una tragedia en los bellos y tupidos bosques de nuestro país. Sucedió según cuenta la leyenda que un grupo de muchachitas se internaron en la arboleda y se perdieron para siempre. Sus padres las buscaron durante mucho tiempo, de día o de noche, cuando llovía o cuando estaba a secas, pero nunca las encontraron. Muchos amigos de sus padres también contribuyeron con la búsqueda, pero sus gritos fueron en vano, se perdieron en el aire, nunca fueron escuchados por las niñas y nunca se les volvió a ver. Se perdieron para siempre. Era una etapa en que aún los meses no tenían nombre y sólo los elementos de la naturaleza regían el tiempo. Se pierde en la noche del tiempo y de la vida lo que sucedió. Las niñas perdidas, caminaban siempre tomadas de la mano y lloraban con desesperación inutilmente y seguían caminando noche y día sin rumbo fijo y sus llantos conmovían a los mismos árboles. Entre los matorrales revoloteaban unas hermosas mariposas blancas que se posaban una y otra vez sobre las cabecitas de las niñas como queriendo hablarles e indicarles el camino, pero el lenguaje de las mariposas no lo entendían ellas.


Por fin las muchachitas se cansaron, se abrazaron una con otra, se acurrucaron y quedaron dormidas para siempre. Era el tiempo que ahora conocemos con los nombres de octubre y noviembre que es cuando los campos se visten de la mexicana flor de zempazuchitl, esa amarilla y aterciopelada flor, manchada de color púrpura que también se conoce como la flor de muertos. En el sitio donde quedaron las niñas muertas se había formado un charquito con sus lágrimas y ahí nacieron muchas de esa flores amarillas. Las mariposas blancas se dieron cuenta de la desgracia de las niñas y se unieron para proteger a las niñas con sus alas. Quizas también esas mariposas blancas también lloraron su desgracia, pues cuando al día siguiente levantaron el vuelo sus alas blancas ya estaban manchadas de un color amarillo con negro. Entonces las mariposas muy dolidas levantaron el vuelo y se fueron muy lejos, hasta las tierras remotas del norte donde se pararon para comentar lo sucedido a las niñas. Las mariposas de esa región que aún tenían las alas blancas querían lucir los colores que traían las que habían llegado. Entonces en el siguiente octubre y noviembre acompañaron a esas Mariposas Monarcas hasta las regiones de Michoacán para posarse sobre los oyameles y para chupar el nectar de esas flores amarillas que habían nacido donde quedaron muertas las niñas. De inmediato a las mariposas blancas que acaban de llegar les cambió el color de sus alas. Cuentan algunos leñadores de esos bosques, que a veces ven grupitos de mariposas que en vez de posarse en la hojas de los árboles, forman montoncito en el suelo como buscando algo. ¿Que será?"


Así me enviaron esta leyenda. ¿Tu que piensas? lo único que yo digo es que ojalá no hubiera más leñadores que tumban los árboles donde se posan las Mariposas Monarcas.

2 comentarios:

Leonardo dijo...

Fabuloso, esta como para montarlo en un teatro infantil!!!

Alvaro dijo...

Bello