martes, 31 de julio de 2007

¿TE GUSTAN LAS LEYENDAS? LA LLORONA


Una de las más viejas leyendas del país, es la aparición de una mujer de cabellera abundante y desordenada, que llora sus penas en medio del silencio de la noche por sus hijos.

Desde los tiempos de la dominación española, nuestros mas insignes poetas, escritores y dramaturgos se ocuparon del tema y nos dejaron constancia de su existencia.

Manuel Carpio, Juan de Dios Peza, Vicente Riva Palacio y muchos más, dieron espacio y escenario en sus letras para la mujer en pena.

Lo curioso es que el motivo de tanto dolor difiere de lugar en lugar, de persona a persona y de tiempo en tiempo.

Unos dicen que es la casta novia que en vísperas de casarse perdió al bienamado galán y enloqueció por el fracaso amoroso y ya no pudo tener hijos.

Otros cuentan que es la sombra doliente de una viuda que, a la muerte de su esposo quedó desamparada y llora por la angustia de ver a sus hijos hambrientos.

Muchos más opinan que aquella mujer en vida, mató a todos sus hijos en un arranque de locura y desde entonces anda buscándolos.

Hay quienes platican, que es la dulce hija de una noble familia, rica y opulenta, que en un arranque de celos mató al esposo y los hijos la vieron y le reclamaron su infame acción.

La tradición de la Llorona tiene sus raíces desde la mitología de los antiguos mexicanos que habla de la diosa Cihuacóatl, que se convertía en una mujer angustiada que lloraba por sus hijos, porque algún día se iban a perder para siempre.

Muchos soldados de la conquista, aseguraban que la Llorona era doña Marina, la Malinche que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza.

En algún pueblito de nuestro país hubo quien dijo que un marido celoso mató a su esposa, quien se le aparecía a su conyuge para reclamarle por los hijos que ya no iba a tener.

Ahora ya casi nadie se acuerda de la Llorona, ni como empezó esta leyenda, pero yo recuerdo que muchas abuelitas se las contaban a sus nietos para asustar a sus nietos, invitándolos a portarse bien.

La Llorona ha sido tan famosa en México que gracias a la globalización de la cultura, fue importada por otros países sudamericanos, donde todavía se dice que se aparece esta mujer enfundada en un traje vaporoso, quien busca a sus hijos en los callejones, en los panteones, en los ríos, en los montes, en las ruinas destruidas gritando en el silencio de la noche: AAAYYYY MIS HIJOS, AAAYYYY, AAAYYYY MIS HIJOS.........

1 comentario:

Paco dijo...

Hace mucho tiempo he intentado investigar más acerca de la Llorona, ya que es el único espectro en el que creo. En realidad nunca he creído en fantasmas o cosas paranormales, y por lo mismo he leído mucho sobre el tema, incluida historia del esoterismo, historia de las religiones, y por supuesto leyendas de muchos lados del planeta. Sin embargo siempre he llagado a la misma conclusión… La mente humana es capaz de crear un mundo paralelo al nuestro, y tanto o más complejo que el real. Desde que el hombre desarrollo su capacidad de pensamiento, ha intentado explicarse su origen y todos los fenómenos que lo rodean, tanto naturales como “paranormales”. Y en ese intento ha tejido las más sorprendentes historias en las que los protagonistas son seres capaces de realizar cosas extraordinarias, quizá mucha de las cuales hubieran deseado hacer sus mismos creadores. De aquí surge otra de mis conclusiones... Las leyendas son en muchas ocasiones producto de la paranoia de la gente que inconscientemente atribuye a otros seres todas las cosas que ellos quisieran ser, y que quizá lo han sido en sus fantasías, pero al no poderlo ser en la realidad, intentan reflejarse en los seres que ellos ha creado. Pero no pretendo hacer un tratado del tema ni mucho menos, simplemente poner a su consideración la experiencia que viví.

Hace ya más de 12 años, cuando aún estudiaba la superior, escuché algo que me ha dejado consternado -- afortunadamente no traumado -- desde entonces, y no solo por haberlo escuchado, sino por todos los acontecimientos que ocurrieron en esa ocasión. Recuerdo que era una noche de miércoles a jueves, como a las 2:00 de la mañana, estaba haciendo tarea para la escuela cuando de pronto los perros de la cuadra empezaron a ladrar como desesperados, sin razón aparente, y cada vez más y más fuerte, después de uno o dos minutos de escuchar los ladridos empecé a escuchar una especie de lamento, el cual se oía a lo lejos y poco a poco incrementó su intensidad. Justo en los momentos en los que el lamento fue mas intenso, lo perros dejaron de ladrar, justo en ese momento sentí un escalofrío como nunca antes. Recuerdo que estaba sentado en el comedor, frente a la ventana que daba al patio, y del terror que sentía no me atreví a levantar la mirada. Intenté ponerme los audífonos de un discman que tenía pero el lamento era verdaderamente fuerte y aterrador. El lamento fue disminuyendo poco a poco hasta perderse a lo lejos, y cuando ya era casi imperceptible los perros volvieron a ladrar aún con mayor desesperación.
Lo curioso del caso es que es esa época estaba en construcción un paso a desnivel en el cruce de Avenida Toluca y Periférico, y la obra se desarrollaba durante las 24 horas del día, por lo que era posible escuchar a las máquinas trabajando durante la noche. Sin embargo, en esa ocasión las máquinas dejaron de escucharse también, yo asumo que los trabajadores también escucharon el lamento, ya que los trabajos se reanudaron casi una hora después.
Aún hoy al recordar este suceso siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.
No está de demás decirles que aún hoy, soy escéptico en el tema de fantasmas o espectros, y casi nunca cuento lo ocurrido, sin embargo hasta el día de hoy nunca he podido encontrar una explicación a este suceso.