domingo, 15 de julio de 2007

QUE RICAS SON LAS PITAHAYAS


Amigos y amigas, ya estamos en Julio, ya llegó el calor; de las once de la mañana a las seis de la tarde, el clima de esta región de México suele llegar a los cuarenta grados y a las lluvias, les falta más o menos un mes en llegar. Después del quince de agosto y hasta el quince de octubre, llegarán con regularidad las colas de los chubascos que nos traen esta lluvias tan deseadas por los sudcalifornianos. Pero el mes de julio, es cuando empiezan a madurar las famosas pitahayas, fruto silvestre que se da en dos modalidades: Durante julio maduran las pitahayas dulces y en agosto las pitahayas agrias. Llegó el hijo de la señora que ayuda en la limpieza de la casa y me invitó a ir a pizcar este fruto. Como la pitahaya dulce crece en cactus más altos que los catus donde crece la agria, el muchaco llegó con una vara larga, con una cuchilla en una punta y que los rancheros llaman "Hichuta". Nos subimos en el vehículo cuatro por cuatro y nos enfilamos hacia el poblado del Triunfo. Mi esposa me dio varios baldes para que los llenara de pitahayas para hacer dulce, para esto hay que cocerla agregándole un poco de guarapo. Ya hecho dulce, se le agrega unas rebanadas de panela y al saborearlas como postre satisfacen al paladar del mejor catador de dulces. Los rancheros de la zona acostumbran untar este dulce en una tortilla de harina y la acompañan con un cafecito de talega. Mmmmhhhhh delicioso. Los antiguos Californios, Guaycuras y Pericúes eran muy afectos a comer de este delicioso fruto, ya que normalmente se daba en las cercanías de sus rancherías o espacios donde vivían. Antes de llegar al Triunfo encontramos un gran grupo de cardones y cactus pitahayeros y de inmediato el joven me los señalo, salimos de la cinta asfaltica y entramos en un camino viejo de tierra y en una hora de pizca entre los dos llenamos cinco baldes de pitahayas dulces y jugosas. Entre estas estaba una de muy gran tamaño, digna de ganar el primer lugar, de la competencia anual de la población de Miraflores donde es premiada la persona que lleva la pitahaya más grande. Saborear una jugosa pitahaya dulce madurada en el cactus de este semidesierto, es un gusto que solo los habitantes de esta región del país podemos disfrutar.

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